viernes, 4 de febrero de 2011

Sociedad enferma. Estados alterados de conciencia.


 El hombre, a través de los tiempos, ha mantenido una constante lucha en contra de las cosas que no le permiten llevar una vida tranquila, feliz y adecuada  según los parámetros que establece la sociedad a la cual pertenece. Se entiende que “lucha contra la enfermedad” es aquella lucha por mantenerse saludable. Pero “saludable” es un concepto que adquiere un significado especial para cada sociedad, según sus costumbres e ideas; y como es común en la historia del hombre, lo que es diferente y no se acomoda a los estándares establecidos, se rechaza. Entonces se atribuye el título de “no saludable” a todo aquello que no pertenece al parámetro establecido de aceptación y preferencia.

 Es así como el concepto de salud ha estado ligado siempre al concepto que se tiene de “belleza”, propio también de cada sociedad, siendo la belleza reflejo de salud. De esta manera, antiguamente se pensaba que la gordura era un símbolo de salud: si una persona se alimentaba bien, era saludable; y la gordura era símbolo de buena alimentación. Pero en la sociedad actual este concepto se ha transformado, siendo ahora la gordura un símbolo de descuido, fealdad y por lo tanto enfermedad, convirtiéndose en motivo de rechazo y en ocasiones vergüenza, dando paso a un nuevo concepto en el que la salud se manifiesta en formas delgadas y anormalmente voluptuosas, sin importar la naturalidad de dicha figura.

 Para la sociedad actual, la juventud también es sinónimo de “belleza”. El hombre intenta verse “menos viejo” porque para él la vejez es símbolo de disfunción, refleja el desgaste que han dejado los años, y por lo tanto la “pérdida” de la belleza. Pero quizá en el fondo también simbolice el miedo a la pérdida de su existencia, el comienzo de una cuenta regresiva, el miedo a la muerte. Y es precisamente este miedo otro de los motivos de la lucha contra la enfermedad.

 El hombre intenta acabar con las cosas que además de atentar contra su belleza, atenten contra su vida. Es por eso que la enfermedad se ha convertido en uno de sus principales enemigos, a quien busca erradicar a toda costa, sin importar el tiempo que tarde en desaparecer ni las “ayudas” a las que haya que acudir. Es así como las personas establecen según su necesidad un itinerario terapéutico, que presenta los diferentes medios a los que recurre en busca de una cura, siendo cada uno de los nodos de este itinerario el producto de no encontrar la solución en un nodo anterior, o quizá el complemento para uno de los demás nodos.

 Cuando el sistema de salud establecido en nuestra sociedad (basado en una naturaleza científica, que en mi opinión sería una naturaleza escéptica) no funciona, las personas acuden a otro tipo de ayudas, algunas de ellas más espirituales, o lo que para algunos puede ser “poco realista”, peo que para muchos representa una alternativa efectiva para lograr su objetivo: encontrar una cura. Una de estas ayudas es la medicina tradicional indígena, muy conocida actualmente por uno de sus más importantes elementos curativos: el Yagé.

 Para muchos esta “herramienta” representa el fin de esta búsqueda. Las personas encuentran en el Yagé no solo a sus enfermedades físicas, sino también a las espirituales, a los males que aquejan su alma y su tranquilidad. Para muchos el Yagé es un paso a un nuevo modo de vida, una revelación al camino que deben seguir, camino que se revela a través de las “pintas”, que son interpretadas por el Chamán, el guía en la búsqueda de soluciones. 

 El Yagé, más que un psicotrópico es un elemento terapéutico que, al igual que muchos tratamientos, puede funcionar o no. En mi opinión el Yagé no es simplemente una cura, sino un elemento que permite encontrarse consigo mismo, entender y aclarar todo lo que se tiene en la mente, permitiendo hallar soluciones, ya que la mente es el elemento más poderoso que tiene el ser humano: es capaz de hacer lo que parece imposible y de curar lo que ningún otro nodo terapéutico logra.

 Pienso que la mente del ser humano domina todo concepto de enfermedad. Que es tan poderosa que puede “inventar” enfermedades, pero también curar males “inventados” o no. Aunque podamos entender a través de la ciencia casi todo lo que pasa a nuestro alrededor, aún falta mucho para que logremos entender lo que en realidad ocurre en nuestro interior, en nuestra mente: cómo funciona y qué efecto tiene sobre nosotros; aunque ella intente ayudarnos enviando mensajes en forma de “pintas”…

Dedicado a Natalia y Andrea: ¡Sigan el camino de sus “pintas”!

1 comentario:

  1. Si encontrarse consigo mismo es alucinar un montón de disparates, ¡no gracias!

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